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27/02/2022

Cándido Saseta, comandante de Eusko Gudarostea, en el 85º aniversario de su muerte

Cándido Saseta nació en Hondarribia, el 12 de diciembre de 1904. Fue uno de los pocos militares profesionales que formaron parte del Ejército vasco.
T.Mitxelena, C.Saseta  L.  Lazkano eta  R. Rezola

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Saseta perteneció al Partido Nacionalista Vasco desde muy joven y, por mandato de la dirección del PNV, el 4 de agosto de 1936, fue el encargado de organizar y dar estructura a las milicias vascas de las que más tarde pasaría a ser jefe. Entre el 5 y el 31 de agosto, bajo su dirección, 1280 personas se alistaron voluntariamente.

Al frente de la Comandancia de Azpeitia, de marcado carácter nacionalista, Saseta tuvo como primera misión organizar la línea de defensa entre las localidades de Asteasu, Aduna y Zizurkil. Y, a  finales de agosto, lideró a los gudaris en los combates de Andatza, Andatzarrate y Ventas de Zarate.

Candido Saseta fue el responsable de coordinar la defensa y la resistencia de Gipuzkoa, y disputó cada palmo de terreno. Fue esta resistencia en el territorio guipuzcoano la que hizo posible la aprobación del Estatuto de Autonomía, el 1 octubre de 1936, y la creación del primer Gobierno Vasco,  en cuyas manos quedó el control y la coordinación  de la guerra en Euskadi.

Saseta contribuyó también a la formación de las líneas de defensa de Lekeitio, Kalamua, Eibar, Intxorta y Ubidea, y dirigió con acierto las operaciones del frente de Otxandio.

El 9 de febrero de 1937, cuando tenía 32 años, fue ascendido a comandante por orden de la Presidencia del Gobierno Vasco. Ese mismo mes de febrero, tras un acuerdo con el Ejecutivo Republicano, el Gobierno Vasco trasladó a Asturias dos brigadas para avanzar sobre Oviedo. Candido Saseta comandaba la  expedición  de la Segunda Brigada formada por los batallones vascos: Amayur, Eusko Indarra, Ariztimuño, Prieto y Perezagua. El 21 de febrero, tras cruzar el Nalón, llegaron hasta la localidad de Areces, pero, tras haber combatido sin descanso durante cerca de 60 horas, tuvieron que retirarse a la posición inicial. El 23 de febrero de 1937, sobre el campo de batalla, quedaron los cuerpos del comandante Saseta y de otros 187 gudaris –la mayoría guipuzcoanos– de los batallones Amaiur y Euzko Indarra.

La muerte en Asturias de Candido Saseta causó gran conmoción y, en su funeral,  recibió honores de Estado. Según numerosos testimonios, fue un jefe dispuesto a arriesgar su vida en defensa de los suyos, valiente, capaz de suscitar entusiasmo y preocupado por sus hombres, siempre el  primero en el ataque y el último en la retirada.

En  1956, en el  Congreso Mundial Vasco, el lehendakari Jose Antonio Agirre recordó a Candido Saseta: “Éste era un hombre en quien yo tenía la máxima confianza por su absoluta lealtad, no solamente a lo que nosotros representábamos, sino a la tierra de sus padres. Este hombre, con su sacrificio, quiso prestar un servicio, y así fue grande. Yo no lo olvidaré jamás”.

El 23 de febrero de 2017, la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Ayuntamiento de Hondarribia y la Fundación Sabino Arana organizaron numerosos actos para recordar su compromiso con Euskadi y su trayectoria, y para rendirle honores en el 80º aniversario de su muerte.

Txomin Sagarzazu –alcalde de Hondarribia– y Markel Olano –Diputado General de Gipuzkoa– recordaron su valor y su integridad.

“Recordar a Candido Saseta nos brinda la oportunidad de conocer a una gran personalidad y un modo de mandar de forma cercana y honesta”, destacó Txomin Sagarzazu.

“Saseta, como los gudaris a los que dirigía y otras tantas personas de su generación, se aferró a su elección en defensa de Euskal Herria, la democracia y la libertad”, subrayó Markel Olano.

Ese mismo año, en octubre y  a propuesta del PNV de Hondarribia, fue aprobada en pleno una iniciativa para  que una plaza llevara su nombre. La plaza Candido Saseta está muy cerca de la escuela Viteri donde nació.

Saseta era del PNV. Fue persona de confianza del Lehendakari Agirre y, como él y todo su Gobierno, defendió la libertad y la legalidad en momentos muy difíciles. Saseta  murió defendiendo la democracia.

Agur eta ohore!!!

Arantza Rojo Gómez

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