La memoria histórica ha sido y sigue siendo una tarea pendiente en Irun. Durante los últimos años, el Ayuntamiento ha aprobado varias partidas para apoyar la labor que realizan diferentes asociaciones memorialísticas de la ciudad, que, además, han sido aumentadas a propuesta de los grupos de la oposición. Aun así, desde EAJ-PNV consideramos que es hora de impulsar de manera decidida un programa de memoria histórica basada en los hechos ocurridos en Irun a partir de la sublevación fascista el 18 de julio de 1936.

Recordar es un derecho, y recuperar la memoria es profundizar en la democracia. Es una forma de cerrar heridas que permanecen abiertas desde hace muchísimo tiempo, y hablar del pasado sin temor, implica que este se pueda conocer en el presente, sin que suponga revivir antiguos traumas.

Todas las instituciones comparten la necesidad de estudiar el camino de la verdad, la justicia y la reparación: Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa, así como el mismo Gobierno Español, han ido dando pasos en firme hacia la recuperación de la memoria mediante diferentes actuaciones e iniciativas. En este mismo sentido, el pasado 15 de septiembre el Gobierno central aprobó el anteproyecto de una nueva Ley de Memoria Democrática, que busca "encontrarnos con la verdad, la justicia, la dignificación de las víctimas, el perdón y la convivencia de las personas”.

Desde EAJ-PNV hemos demostrado en todo momento nuestro compromiso ético y político con la verdad, la justicia y la reparación. El programa de memoria histórica que queremos impulsar en Irun, y que obtuvo la aprobación de la mayoría del Pleno durante el debate de Presupuestos para el 2020, en la que se aceptó crear una partida plurianual de 200.000 euros para 4 años para su desarrollo, tiene cuatro ejes fundamentales; la investigación, la recopilación de testimonios, la recuperación de espacios bélicos y, finalmente, la socialización, pedagogía y divulgación.

En lo que se refiere a la investigación, consideramos que se debe seguir profundizando. En los últimos años se han dado pasos, pero es preciso seguir descubriendo qué ocurrió desde aquel fatídico 18 de julio de 1936. Ya que aún, en la actualidad, perduran numerosos interrogantes, como; el incendio y/o bombardeo de la ciudad el 4 de septiembre del mismo año. Del mismo modo, en Irun cada vez tenemos menos personas que vivieron y sufrieron estos hechos. Por esta razón, la recopilación de estos testimonios se hace cada vez más urgente. Asimismo, en Irun existen espacios que vivieron enfrentamientos bélicos: Endarlatsa, monte Aldabe, Behobia, puente Avenida, el mismo centro de Irun, Zubelzu, etc. Por lo que creemos que estos espacios han de ser recuperados y puestos en valor. Y todo lo expuesto ha de desembocar en acciones e iniciativas basadas en la socialización, pedagogía y divulgación.

Las actuales y próximas generaciones tienen derecho a saber qué pasó en Irun. Es momento de reconocer una parte de la historia negada, olvidada o silenciada, e impulsar en Irun, un programa de memoria histórica integral y sostenida en el tiempo. Contamos con iniciativas, presupuesto y una voluntad política mayoritaria, sin embargo, pocos pasos se han dado desde el gobierno municipal. Porque, aunque durante las últimas décadas se hayan realizado actuaciones como; el proceso de cambio de nombres de las calles de Irun y el proceso de retirada de carteles de Falange en edificios de la ciudad, aún queda mucho por hacer. Consideramos que, como ciudad, no podemos desaprovechar esta oportunidad, por lo que solicitamos que se desarrolle el mandato del Pleno en dicha materia.

Por último, y tal y como ya hemos señalado en varias ocasiones, tendemos nuestra mano a ayudar y a acompañar al gobierno municipal en las gestiones que fueran oportunas.