La actividad de un verano marcado por la Covid-19 ha consolidado la huella que la cultura tiene en Donostia, gracias al exitoso balance de la oferta de Festivales y actividades desarrolladas en la capital donostiarra entre junio y septiembre.

Así lo ha trasladado el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, quien ha realizado un repaso del verano cultural donostiarra, acompañado de los tres directores del Jazzaldia, Quincena Musical y Zinemaldia.

Donostia ha demostrado una vez más “su gran huella cultural en un verano atípico en el que el sector de la cultura ha tenido un gran protagonismo, siendo referente y modelo para todo su entorno”, según ha señalado Eneko Goia.

En el balance de la temporada cultural estival realizado hoy junto a los representantes de los tres grandes festivales estandartes de la ciudad, Goia ha declarado que “podemos decir con orgullo, sin complejos, que Donostia ha brillado con luz propia en el ámbito cultural. Y es nuestra voluntad afianzar este camino y posicionamiento estratégico”.

Desde que el pasado 29 de abril, en pleno confinamiento por la crisis de la COVID-19, los principales agentes culturales de la ciudad se reunieran para analizar las consecuencias de la situación para el sector y preparar la maquinaria para poder ofrecer un programa de calidad a la ciudad ajustado a las medidas de seguridad necesarias, todo el entramado cultural ha trabajado para que a día de hoy, 5 meses después, pueda confirmarse que la decisión de recuperar la programación  con todas las garantías fue la correcta.

Y es que los eventos se han desarrollado con un alto grado de seguridad, sin haber   casos de brotes en torno a ellos, además de continuar siendo una experiencia agradable e interesante.

“Todo ello es indicador claro de la organización, seriedad y solvencia de los equipos directivos y organizadores, además de ser destacable la ejemplar responsabilidad  y respeto con los que la sociedad ha respondido ante esta situación extraordinaria”, ha señalado el alcalde.

Motor económico

La cultura es también un motor económico importante para la ciudad, y la apuesta por la actividad cultural ha sido la mejor política de ayudas en las actuales circunstancias. Solo Donostia Kultura ha destinado 1,4 millones de euros en verano a este sector, tanto para creación como para producción, siendo un importante impulso económico para un gran número de profesionales como técnicos, azafatas, iluminadores, tramoyistas, maquilladores, músicos o responsables de producción, entre otros muchos que han realizado además un gran esfuerzo para que toda la sociedad pueda disfrutar de la cultura con todas las garantías.

Otro ejemplo es la Quincena Musical, que ha realizado una inversión directa de 525.000 euros que han permitido 101 contratos artísticos, además de suponer la activación de otros 495 contratos laborales correspondientes a las empresas que han trabajado con el festival para que alrededor de 12.000 personas pudieran disfrutar de una amplia programación.

Y son muchos más los espacios y actividades culturales han mantenido también un importante número de visitantes este verano, a pesar del lógico descenso con respecto a años anteriores, como Tabakalera, con 100.000 visitantes entre julio y agosto, el Museo San Telmo, con 18.000 visitantes desde su apertura el 2 de junio, o el Aquarium, que ha registrado 89.000 visitas de junio a septiembre.

Eventos internacionales

Desde la apertura de bibliotecas y museos de la ciudad el 1 de junio, teatros y salas de cine fueron abriendo también sus puertas y se han venido desarrollando diversos actos y eventos culturales en muy diferentes ámbitos, todos ellos con gran respuesta del público. Pero el gran reto llegaba sin duda con los tres grandes festivales internacionales del verano.

El Jazzaldia daba el pistoletazo de salida con una edición impecable y rigurosa en todos los aspectos. En palabras de su director, Miguel Martín, “esta ha sido la edición, más que del protocolo Covid, más que la de los aforos, la de la excelencia artística, y solo soy capaz de atribuírsela a la emoción tan intensa que se sintieron los músicos al subir al escenario”.  Y es que para muchos de los participantes en este festival, ésta se convertía en la primera oportunidad de actuar frente al público tras meses de incertidumbre.

En agosto llegó la Quincena Musical con una edición en la que Patrick Alfaya, su director, ha destacado que “hemos conseguido poner en marcha un festival que ha sido del interés del público, con un alto nivel artístico”.  Alfaya ha añadido además que “estos eventos culturales han demostrado que se pueden celebrar con toda la seguridad para el público y para los intérpretes”.

La cita internacional más reciente finalizaba hace apenas unos días con una edición que ha mantenido su espíritu y emoción en todo momento. El director del Festival de San Sebastián ha querido reflejar que éste tenía la vocación clara de seguir celebrándose con público, destacando que “el mejor sitio para ver una película para nosotros sigue siento una sala de cine. Somos un festival presencial, y nosotros vamos a hacer el festival presencial o no lo haremos”.

Apuesta por la cultura

Donostia ha demostrado que es una plaza culturalmente activa y viva, y el Ayuntamiento seguirá realizando una apuesta clara por una industria que es además un importante motor económico para el tejido local. Por ello se retomarán también citas o ofertas habituales del calendario más allá de las estivales, como el Festival de Cine Fantástico y  de Terror, Literaktum,  cursos de Donostia Kultura, la programación de las Casas de Cultura o la oferta de Kursaal Eszena.