La Comunidad Autónoma de Euskadi fue pionera en el Estado al elaborar una ley propia de cooperativas. Décadas después de su regulación, las cooperativas vacas se han convertido en un referente de este modelo empresarial a nivel mundial; y no solo desde el punto de vista cualitativo, trasladando a la práctica los principios y valores cooperativos, sino también desde el punto de vista cuantitativo, por su peso en el conjunto de la economía. Esa ley, que data de 1993, ha manifestado el parlamentario Aitor Urrutia, ha quedado “obsoleta” y de ahí, la necesidad de adaptarla a los nuevos tiempos, las nuevas coyunturas y los nuevos retos que presenta un mundo cada vez más globalizado. Queremos, ha dicho Urrutia, que las cooperativas sigan siendo un “elemento indispensable” de nuestro modelo económico y sigan colaborando en la construcción de una sociedad cada vez más cohesionada. “Tenemos un moldeo que contribuye al desarrollo sostenible y a la innovación social, medioambiental y tecnológica. Y queremos que lo siga siendo”, ha apuntado.

“El modelo cooperativista funciona y queremos que siga ganando en eficiencia y competitividad. En un entorno cada vez más complicado, las cooperativas deben tener los instrumentos necesarios que les posibiliten afrontar el futuro con garantías; y hacerlo sin perder ni su espíritu ni su esencia de un modelo basado en la persona y que vela por los intereses de todos sus miembros por igual”, ha manifestado Urrutia, quien además ha recordado que la ley era una vieja demanda del sector. De hecho, ha destacado, el Gobierno Vasco trabajó con las cooperativas en la redacción del anteproyecto. “Es una ley que llegó al Parlamento con un gran consenso y que saldrá también con un gran consenso político. Los grupos hemos hecho un trabajo importante, tratando en todo momento de preservar el acuerdo alcanzado con el mundo del cooperativismo”.

En este sentido, el parlamentario de EAJ-PNV ha puesto en valor los cambios que incorporará esta norma y que facilitarán que las cooperativas puedan seguir siendo globales y se mantengan como generadoras de riqueza y empleo. El nuevo texto actualiza y refunda la normativa aprobada en los últimos 26 años, elevando al 30% el límite de empleados por cuenta ajena, blindando el patrimonio personal de los socios frente a las pérdidas de las cooperativas (el socio sólo será responsable de su aportación al capital social), reformulando la configuración legal de las cooperativas de vivienda y transporte o incorporando las cooperativas pequeñas a esta norma.

“Entendemos que el cooperativismo y las cooperativas son indispensables en nuestro modelo de desarrollo económico. Construyen un país mejor”, ha concluido.