Gipuzko Buru Batzarra

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27/05/2014

Impulso al tejido productivo de Gipuzkoa
Carlos Ormazabal

Bildu lleva tres años en Diputación. Tres años puede resultar poco tiempo si lo que se pretende es hacer cosas, construir, en base a acuerdos que proporcionen estabilidad a un desarrollo sostenido. Pero también pueden resultar extremadamente largos cuando no se dispone de una visión clara de las necesidades del Territorio. Es lo que le está ocurriendo a Bildu en el gobierno de gran parte de las instituciones del territorio. La falta de un programa –y, lo que es aún peor, la utilización de la institución para fines partidistas, incumpliendo sistemáticamente los acuerdos mayoritarios- es lo que viene caracterizando la acción de gobierno de la Diputación.
Impulso al tejido productivo de Gipuzkoa<br>Carlos Ormazabal

Queda en evidencia la falta de una “hoja de ruta” bien definida, con criterios establecidos sobre bases sólidas. Un Proyecto, en definitiva.

Pero peor aún que no tener un proyecto es negar que sea necesario. Las declaraciones que hizo en su día el Diputado General Martín Garitano, aquellas en las que afirmaba que los planes anti-crisis “no sirven de nada” denotan el grado de desconocimiento de la realidad socio-económica del Territorio de este gobierno foral y explican su tendencia a actuar en la continua improvisación.

No es de recibo, y mucho menos en plena crisis, que el gobierno no tenga claras las prioridades del Territorio y apele a la “responsabilidad” de los grupos de la oposición para que sean estos quienes las definan. Es lo que ha ocurrido en los tres presupuestos de la Diputación de Bildu en lo concerniente a las partidas destinadas a afrontar la crisis económica. EAJ-PNV ha liderado, desde la oposición, y con las evidentes limitaciones que ello conlleva, la inclusión en los presupuestos forales de las partidas que se han dirigido a paliar, en alguna medida, la situación de eso que se llama “la economía real” gipuzkoana. De hecho, y ante la falta de una mínima sensibilidad del gobierno foral en el tema, el PNV acaba de presentar una Proposición de Norma Foral de Apoyo al Relanzamiento Económico para su debate en las Juntas Generales. Una propuesta que ha sido previamente contrastada con el conjunto de agentes socioeconómicos de Gipuzkoa.

La improvisación no es, sin embargo, una opción. La cooperación interinstitucional -más allá de los celos por el reparto competencial- y la búsqueda de acuerdos, ha caracterizado siempre la gestión del PNV. Acuerdos necesarios para que las decisiones adoptadas cuenten con una proyección de estabilidad que genere confianza entre los distintos agentes que de una u otra forma intervienen en la dinámica socio-económica del Territorio.

Las instituciones tienen que ser capaces de posibilitar un entorno empresarial que favorezca las condiciones para la creación de empresas o para la atracción de las mismas. Y para ello es necesario tener una visión global, teniendo en cuenta todos aquellos aspectos que inciden en la creación de ese entorno favorable: desde las infraestructuras hasta la fiscalidad, desde el clima socio-laboral, hasta los planes de formación. ¿Qué es lo que debemos hacer para que Gipuzkoa pueda resultar más atractiva para que una empresa se instale aquí y no, por ejemplo, en Araba? De eso es de lo que estamos hablando. Las actuales condiciones que componen el hábitat no están resultando ser, precisamente, las más adecuadas.

Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamientos deben ser capaces de remar en la misma dirección, sumando esfuerzos para alcanzar el objetivo: la mejora de la competitividad de nuestras empresas como base para la generación de empleo.

En el PNV llevamos tiempo trabajando en las líneas maestras de los factores clave que permitirán relanzar el Territorio: el impulso a la Industrialización, la Internacionalización, la Inversión, la Innovación, los instrumentos de Financiación y el papel de las Personas. Ya que esos son los elementos que, en definitiva, establecen el grado de competitividad de nuestras empresas.

Afirmar, como lo hacía la portavoz foral Larraitz Ugarte, que Gipuzkoa “va bien” es faltar a la realidad. Se supone que comparaba la situación de Gipuzkoa respecto de los Territorios cercanos. Pero omitía que la situación previa a la crisis ya era mejor aquí, y que también era, y es, mayor el peso relativo de la industria, la joya de la corona, en la economía gipuzkoana. Es cierto que Gipuzkoa mantiene mejores ratios que otros Territorios, pero, en realidad, eso es así a pesar de Bildu.

Cada empleo industrial genera entre 2 y 5 empleos en otros segmentos de la economía. Diga lo que diga Bildu, tenemos 45.700 (EPA marzo 2014). Hay, por ello, mucho que hacer.

Falta un año para las próximas elecciones municipales y forales. Lo dedicaremos a contrastar nuestras propuestas con las aportaciones que nos hagan los guipuzcoanos para poder afrontar la realidad con nuevas ideas que impulsen la economía y, de ese modo, poder generar mayor bienestar colectivo y una sociedad cada vez más equilibrada.

La sostenibilidad del Estado del Bienestar es nuestra premisa, no en vano ha sido el PNV quien ha ido construyendo durante décadas nuestro modelo de Protección Social, y es evidente que no hay reparto de riqueza si no hay actividad económica que genere los recursos necesarios para ello. Nuestra capacidad de no traspasar las “líneas rojas” en los servicios públicos, esas que definen como propias hasta quienes las criticaban por sistema, dependerá de la capacidad que tengamos de acordar, de crear, de desarrollar y construir junto con los agentes económicos.

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