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24/04/2014

Bildu instrumentaliza la Ikurrina para tapar sus vergüenzas políticas

Hace más de dos años se aprobó en Juntas Generales una iniciativa instando al gobierno foral de Bildu a volver a colocar en la Plaza de Gipuzkoa la placa que fue retirada de la fachada de la Diputación en la que se denunciaba la imposición de la bandera española y a favor de la libertad de expresión.

Dicha propuesta salió adelante con los votos de EAJ-PNV, Bildu y Aralar.
Bildu instrumentaliza la Ikurrina para tapar sus vergüenzas políticas

Bildu, además de incumplir el mandato de las Juntas Generales, con la intención de eludir la responsabilidad política que supone la izada de la española en la fachada de la Diputación Foral, nuevamente, en un nuevo ejercicio de escapismo político, instrumentaliza la ikurrina para desviar la atención y tapar sus vergüenzas.

La respuesta a la imposición de la colocación de la bandera española se dio en su día con la colocación de la placa, y habíamos acordado responder de la misma manera también en esta ocasión. El colocar una gran ikurrina en la plaza de Gipuzkoa no tapa que la Izquierda Abertzale, aunque sea por imperativo legal, haya colgado la bandera española en la Diputación.

La Izquierda Abertzale debe asumir su responsabilidad y no cobijarse en la instrumentalización de la ikurrina.

Exigimos al Diputado General a que cumpla con lo acordado y coloque la placa con el texto completo de la que se puso el 27 de febrero de 2010, y que recogía lo siguiente:

El Tribunal Supremo español, por sentencia dictada en el recurso 6934/05, ha obligado a la Diputación Foral de Gipuzkoa a colocar la bandera española, en contra de su voluntad. Al cumplir dicha sentencia, la Diputación Foral quiere hacer llegar la presente declaración a los ciudadanos y ciudadanas:

Un país es un país, con su pasado y su futuro, cuando la mayoría de las personas que lo constituyen lo sienten como tal. Un símbolo es solo un símbolo: un logo, una porción de tela, unos colores. En ocasiones, las enseñas se convierten en símbolos del anhelo de un pueblo. Es entonces cuando cobran utilidad, al convertirse, sencillamente, en activadores de sentimientos propios de identidad.

Cabe también que las enseñas no representen los anhelos de un pueblo, sino que sean impuestas por la ley de la fuerza, por la fuerza de la ley. También entonces cumplen su función, pues se convierten en símbolos de la imposición, recordatorios de las carencias de nuestra convivencia.

La bandera española es un símbolo impuesto bajo amenaza de sanción en la institución superior de Gipuzkoa. En contra de la voluntad mayoritaria de los gipuzkoanos y gipuzkoanas, en contra de la capacidad decisoria de sus representantes. Ello constituye una falta de respeto a la voluntad popular, una negación del derecho a decidir libremente. He ahí la bandera, símbolo de esta situación puesta por quien no desea hacerlo, a la que el viento ondea con ironía

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