Si antes fueron los tres Directores de la Sociedad Foral los que fueron despedidos, el económico-financiero, el técnico y la directora de explotación, ahora le ha tocado el turno al Secretario del Consejo de Administración de Bidegi, que ha sido cesado de su cargo.

Se da la circunstancia de que el Consejo de Gobierno Foral optó, previo al cese del secretario en Bidegi, por continuar el proceso de desanexión de Igeldo de Donostia a pesar, y en contra, del informe de la Comisión Jurídica Asesora de la Diputación, dependiente de la Dirección de Régimen Jurídico de la Diputación Foral. Y declaró, en contra de los propios informes jurídicos elaborados por la propia casa, la desanexión de Igeldo respecto de Donostia.

Ya no hay sospecha. Es una constatación que la decisión del Consejo de Gobierno Foral fue contraria a las conclusiones del informe jurídico preparado por los propios servicios jurídicos de la Diputación, de la que el cesado en Bidegi es director. ¿Vendetta?. ¿Venganza?

Es el cuarto cese producido en la sociedad pública de Bidegi. Y que se suma a los otros cinco que Bildu ha efectuado en la sociedad encargada de la gestión de los residuos del Territorio, Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa, GHK. Director Técnico, Directora Económico-Financiera, Secretaria, Asesor Letrado y una trabajadora que denunció el trato vejatorio al que fue sometida por negarse a firmar un documento que le presentaron en el que se inculpaba a los anteriores gestores de la sociedad de “irregularidades” con las que pretendían justificar su decisión de paralizar la construcción de la incineradora.

Nueve personas despedidas o cesadas, en sólo dos instituciones, Bidegi y GHK, en la purga supuestamente “ideológica” iniciada por Bildu dirigida a “limpiar” las instituciones de todo aquello que huela a PNV o que no se plieguen a sus pretensiones de que participen, o justifiquen, sus decisiones exclusivamente partidistas que están suponiendo una verdadera sangría a las arcas guipuzcoanas.

Dos sentencias han ratificado la improcedencia de los despidos en Bidegi. A 300.000 euros cada indemnización, casi un millón de euros en Bidegi a falta de la tercera resolución del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Un auténtico escándalo. Un esperpento en el, según Bildu, “quítate tú que me pongo yo”, en el sentido de quitar a otros, díscolos con sus postulados y meter gente de su confianza.

Profesionales, a los que difícilmente puede achacárseles su afinidad con el PNV. Han sido despedidos catalanes, madrileños, ….

Profesionales que han superado rigurosos procesos de selección. Y que han desempeñado perfectamente sus funciones. A la vista está la situación económica perfectamente saneada y los proyectos desarrollados en Bidegi y GHK hasta la llegada de Bildu.

Que no puede decir lo mismo. La alarma, los informes de auditoría, revelan que, dos años y medio después, sin técnicos, las dos sociedades están empezando a pasar verdaderos apuros. No acometen ningún proyecto y, aún así, las sombras que se ciernen sobre la situación económica y de futuro de ambas sociedades no dejan de ser preocupante. Bastante es que sigan aguantando pese al empeño de destrozarlas desde dentro.

Eso sí, sin técnicos, pero con legiones de abogados judicializándolo todo para retirar las demandas justo antes de se produzcan las sentencias, ante el riesgo de que les puedan resultar desfavorables: la de lesividad en el caso del contrato del Consejo de Gobierno, del contrato con Bidelan para la explotación de las autopistas; la del arbitraje con la UTE adjudicataria de la construcción de la incineradora; la de la anulación de los pliegos reguladores de la licitación de las infraestructuras para el tratamiento de los residuos….. Amagar, vendiendo presuntas “irregularidades”, “nulidades de pleno derecho”, para no dar, a sabiendas de que no tienen razón. O logrando que desde los tribunales les desmientan. El caso más reciente es el del Tribunal de Justicia del País Vasco sobre la incineradora.

Ingentes cantidades de dinero en abogados, en campañas propagandísticas para justificar sus decisiones partidistas. Y en indemnizaciones para no hacer lo acordado, que sigue disponiendo de mayoría en la cámara territorial.

Bildu tras su inesperada irrupción en las instituciones anunció “una nueva forma de hacer política” la cual tras dos años y medio de gobierno se traduce sin duda como paralización, destrucción y partidismo. Paralización y destrucción de lo construido hasta ahora con el esfuerzo de los que hemos estado trabajando desde el consenso pensando en el bienestar y progreso del Territorio. Mintiendo y manipulando sin importarles el desprestigio que con ello ocasionan a las propias instituciones. Partidismo en sus decisiones, persiguiendo y expulsando a los técnicos que no se avienen a sus directrices, buscando los medios para hacer hueco a los suyos, independiente de su capacidad de gestión. Empleando para ello su habitual “difama que algo queda” que han incorporado ahora a su modus operandi institucional y poder seguir vistiendo de supuesta normalidad una purga ideológica inconcebible hoy día en país democrático alguno.